El alcohol es una sustancia legal y socialmente aceptada, no obstante, ¿somos realmente conscientes de los impactos que puede tener en nuestra salud?
La influencia del alcohol se inicia con una sensación de estimulación y placer, que nos hace sentir mejor cuando comenzamos a consumirlo. Muchas personas recurren al alcohol para liberarse de inhibiciones o para relajarse, sin embargo, el alcohol se comporta como un agente tóxico que puede ocasionar trastornos en diversos sistemas del organismo. Existe una multitud de enfermedades vinculadas con el consumo crónico de esta sustancia.
Los impactos del alcohol en el sistema nervioso pueden manifestarse tanto de manera inmediata como prolongada, y están influenciados por la cantidad consumida y la duración de la exposición.
En términos generales, se pueden distinguir entre la intoxicación aguda y el alcoholismo crónico.
Intoxicación aguda
La intoxicación aguda se manifiesta cuando se consume una gran cantidad de alcohol en un corto periodo de tiempo. Inicialmente, esta embriaguez da lugar a síntomas placenteros, como la previamente mencionada desinhibición.
Alcoholismo
El alcoholismo se manifiesta cuando el individuo experimenta un incontrolable deseo de consumir alcohol, llevándolo a hacerlo de manera continuada. Uno de los efectos del alcohol es su capacidad para generar una dependencia física, lo que resulta en la manifestación de síntomas de abstinencia cuando los afectados no pueden acceder a esta sustancia.
Efectos del alcohol: las enfermedades neurológicas
A continuación, mencionaremos aquellas condiciones que se asocian con el consumo crónico de alcohol.
Demencia Cerca del 10 % de los individuos que padecen alcoholismo crónico experimentan demencia. Esta condición conlleva un deterioro en todas sus capacidades cognitivas, incluyendo la memoria y las habilidades sociales. En tales situaciones, la persona pierde su aptitud para llevar a cabo tareas de alta complejidad. Además, puede dar lugar a modificaciones en su personalidad y su estado emocional.
Degeneración del cerebro
El cerebelo desempeña un papel fundamental en el control de la coordinación de los movimientos musculares y otras acciones que llevamos a cabo de manera automática. Se estima que aproximadamente la mitad de las personas con problemas de alcoholismo experimentan daños en esta área del cerebro. Como resultado, experimentan dificultades en el habla, la marcha y, en ocasiones, desarrollan temblores.
Polineuropatía alcohólica
Otro de los impactos del alcohol es la polineuropatía alcohólica, una enfermedad en la cual se produce la degeneración de algunos nervios, llevando a una disminución en su funcionamiento debido a la deficiencia de vitaminas relacionada con el consumo de alcohol.
Las personas afectadas comienzan a experimentar una gradual pérdida de fuerza en sus extremidades. Además, experimentan parestesias, que se manifiestan como una sensación de hormigueo en la piel, así como dolor en las mismas extremidades. Con el tiempo, estos síntomas afectan la forma en que pueden caminar.
El síndrome de Wernicke-Korsakoff
Este trastorno conlleva una perturbación en el estado de conciencia que puede incluso llegar a un estado de coma. La raíz del problema radica en el incorrecto metabolismo de la glucosa por parte del cerebro, lo que conduce a la acumulación de ciertas sustancias tóxicas en el mismo.
Los impactos del alcohol en el sistema nervioso son diversos y de naturaleza compleja. Es fundamental reconocer que estos efectos se manifiestan tanto en casos de intoxicación aguda como en situaciones de abuso crónico de alcohol.
Si tienes un problema con el alcohol, o sospechas que puedas tenerlo, ponte en manos de profesionales.
Fuente: Mejor con Salud